Disco
de Alberti (1466)
León Battista
Alberti (1404-1472) –el célebre músico, pintor, escritor y arquitecto italiano del
Renacimiento–, concibió en 1466 el primer sistema polialfabético que se conoce,
que emplea varios abecedarios, utilizando uno u otro, cada tres o cuatro
palabras[1].
El emisor y el destinatario habían de ponerse de acuerdo para fijar la posición
relativa de dos círculos concéntricos, que determinara la correspondencia de
los signos. Los diferentes abecedarios utilizados eran representados en uno de
los discos, mientras que el otro se rellenaba con el abecedario normal, más los
números del 1 al 4. Este disco define 24 posibles sustituciones dependiendo de
la posición del disco interior.
Una vez
establecida la correspondencia entre caracteres de ambos discos, se sustituye
el texto en claro del disco exterior por cada una de las letras
correspondientes del disco interior, cambiando al abecedario correspondiente
(prefijado por los comunicantes) cada x palabras, habiendo sido x
también prefijada por los comunicantes.
[1] Algunas de las máquinas, posteriores al
disco de Alberti, y por lo tanto algo más complicadas, que
también utilizarán un sistema propio de encriptación polialfabético son: la Enigma
(inventada por Arthur Scherbius en 1923 y usada por los alemanes durante la II
Guerra Mundial); las de Hagelin (desarrolladas por el criptólogo sueco
Boris Hagelin entre 1920 y 1930, que se
basaban en el llamado sistema de cifrado de Beaufort; y la máquina M-325 (inventada por Frederick FriedMan en los años cuarenta del siglo XX, que es muy
parecida a la Enigma alemana, ya que también se basa en rotores que realizan
una sustitución polialfabética).